Teatro con pensamiento feminista
- FREDERMAN CARRERO
- Sep 25, 2024
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Durante tres meses de este año tuve la oportunidad de participar del XII Laboratorio de creación teatral y pensamiento feminista llevado a cabo por el Teatro La Máscara, llamado El Corazón de las Mujeres, teniendo como punto central la mediación.
Debo confesar que ingreso al espacio (dialogado y propuesto por una de las directoras del laboratorio) con algo de temor al ser el único elemento masculino del grupo, pues no quería generar con mi presencia algún tipo de cohibición entre las compañeras, pues estos espacios, que suelen ser pocos para que las mujeres tramiten emocionalidades, podían ser perturbados con mi presencia al momento de abordar temáticas sensibles, y que la "invasión" de un hombre podría cambiar el curso del accionar del proceso de sanación mediante la práctica teatral.
Las sesiones tuvieron su desarrollo a partir de unos ejercicios iniciales de calentamiento, para luego ser inducidos en diferentes temáticas, en especial alrededor del cuidado, entiendo esta desde la visión personal de cuidarse a un@ mism@, hasta las relaciones de cuidado como habitantes de una ciudad.
Pero el aspecto central de los encuentros fue la mediación, siendo ella, el proceso que permite des-escalar conflictividades que pueden llegar a ser violentas, y no solo desde el escenario físico, sino desde el económico, cultural, moral, social y simbólico.
Y con ello noté algo muy profundo, y es que como hombre el termino mediar incomoda, y me di cuenta que, en mi formación masculina, muchas veces mediar es sinónimo de sumisión o derrota, es decir, se media solo cuando se sabe que no se puede ganar; caso contrario de las compañeras, en las cuales notaba, que el acto mediar era algo importante, ya que implica, una forma de estar y tramitar los conflictos y no solo de vivirlos, que es el "estilo" masculino, el de estar al pie del cañón enfrentando al otro.
Con todo este trasegar teatral en conjunto con las compañeras, he ido entiendo que el mediar, es un acto de dialogo consigo mismo, antes que con el otr@, que mediar implica una reflexión personal de los conflictos y de nuestra posición en ellos, que la mediación pasa por el entendimiento primero y luego por la toma de una posición, que la mediación implica la aceptación de la complejidad social, y no la búsqueda mi victoria sobre el otro.
Dejó entonces en estas palabras mi agradecimiento al Teatro La Máscara por aceptarme en este proceso teatral y feminista, y a las compañeras de laboratorio, por haberme acogido en la manifestación de sus sentires y emociones.

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